Como fotógrafo seguramente tienes un feeling que explotas al máximo al hacer tus composiciones fotográficas. Si ves juntas varias de tus fotos, te sorprenderá que algunas de las mejores siguen la ley de los tercios. Un ojo educado o sensible se apega a ciertas reglas de la composición intuitivamente, pero queremos que las domines conscientemente, así que aquí van.
La composición en la fotografía es uno de los elementos intangibles más importantes, porque de la armonía interna entre los elementos que forman la foto depende su atractivo. Podemos decir que la composición es la disposición de elementos –sujetos y objetos– dentro del cuadro. La manera en que selecciones estos objetos y los dispongas en el encuadre puede marcar la diferencia entre una gran foto y una que pase al olvido. Recuerda que hacer una foto es elegir: lo que entra, lo que queda fuera, lo que está en foco, lo que ocupa el primer y el último plano. No es captar la realidad tal cual es. Es plasmar tu visión de la realidad.
Los elementos que debes tener en mente a la hora de componer son:
Con base en estos tres pilares construye libremente el mensaje que quieres transmitir en tus fotos.
Las variantes de esta escena son infinitas, G.M.B Akash, fotógrafo de Bangladesh, eligió cada elemento al componer de esta manera y priorizó lo que quería contar. Akash se distingue por darle voz a quienes generalmente son ignorados.
Ahora que ya hablamos de composición debes saber que el recurso más clásico y efectivo para componer en fotografía es la regla de los tercios.
Para entrar en detalle sobre esta regla, primero hay que hablar sobre la proporción áurea. Lo primero es entender la Sucesión de Fibonacci, que no es más que una serie infinita de números en donde la suma de los números consecutivos da como resultado el siguiente: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55 y así infinitamente. Lo sorprendente no es esa serie sino que al dividir cada número entre su anterior, el resultado se aproxima al número áureo: 1.618033. La magia de este número es que encierra en sí una proporción entre dos segmentos. De tal forma que si divides un rectángulo infinitamente, lo que obtendrás será una espiral, que es conocida como espiral áurea.
Así luce la espiral que se forma al dividir un rectángulo al infinito.
Esta espiral está presente en la naturaleza como en las conchas marinas, en los centros de los girasoles, en las formaciones de los huracanes y ¡en la Vía Láctea!
Las proporciones de la naturaleza son áureas. Por eso las fotografías creadas bajo estos parámetros nos resultan atractivas y bellas.
Las formas en la naturaleza no son casualidad: cada pequeño detalle guarda una proporción.
Algunas fotos tienen estas proporciones y no siempre se hicieron así a propósito pero de igual manera resultan atractivas al ojo. El tema ya es cosa aparte…
Regresando a la regla de los tercios, podemos decir que es una aproximación a la proporción áurea –ese vínculo matemático que proporciona una simetría estética– y que trata de la distribución del espacio y de los objetos dentro de la imagen, generando un punto de interés. Suena complicado pero no lo es, y si la aplicas verás que tus fotos mejoran mucho.
Las fotografías hechas con base en la regla de los tercios son atractivas porque dan una sensación de profundidad, son equilibradas y guían el ojo de quién las mira directamente al centro de interés.
Para aclarar cualquier duda pasemos a la práctica. Toma una foto y divídela en tres tercios horizontales y verticales. De esta manera la imagen queda dividida en 9 partes iguales, lo esencial son los 4 puntos donde convergen estas líneas. Se llaman puntos fuertes, y ahí es donde se centra la atención, es decir, hacia esos puntos va naturalmente la vista al escanear una imagen con la mirada. Aprovecha este conocimiento para colocar en esas intersecciones los objetos que quieras destacar dentro de la imagen.
Al mismo tiempo que creas fotos atractivas con la regla de los tercios rompes con encuadres que emplazan todo en el centro.
Si estás haciendo una foto con un solo punto de interés, sitúalo en alguno de estos 4 puntos fuertes, pues lograrás una composición más cautivante al mismo tiempo que equilibrada, y quien mire la foto sabrá exactamente hacia dónde dirigir la mirada.
Esta foto además sigue la ley de la mirada, en la que el espacio libre queda hacia dónde el modelo dirige su vista.
Si tienes dos puntos de interés, también puedes situar ambos en los puntos fuertes, prefiriendo que sea en los puntos opuestos en diagonal.
Los elementos de atención no compiten en esta toma por los contrastes de color.
Como habrás notado por tu experiencia, primero como observador de fotos, hay imágenes que resultan muy atractivas a la vista independientemente del tema que traten. Es porque están construidas por patrones de composición que naturalmente resultan bellos, y justo eso es lo que se logra con la regla de los tercios:
Tal vez al principio, cuando encuadres te costará un poco de trabajo imaginar estos 4 puntos imaginarios en tu visor, para colocar justo ahí el centro de interés. Pero como todo en el mundo de la foto, con la práctica cada vez te resultará más natural. Un ejercicio muy útil es observar muchas fotos para que aprendas a detectar las que están hechas con base en la regla de los tercios.
En esta foto hay dos elementos situados en los puntos fuertes pero no compiten por el claroscuro y por la distancia en la que están uno del otro.
Foto: Canva.
El espacio negativo en la foto le da fuerza. No tengas miedo de los espacios vacíos dentro de tu encuadre.
Si te enfrentas a fotografiar un paisajep muy amplio con un camino, una vía del tren o un pasillo, quizá te cueste más encontrar los puntos fuertes de la regla de los tercios. La explicación es que, en este caso, la ley que domina es el punto de fuga. Es decir, el punto en el que parecen converger las líneas paralelas de la imagen. Por convención, si vemos objetos más grandes, los codificamos como cercanos y los pequeños como lejanos. Por eso, cuando vemos unas líneas paralelas converger y hacerse cada vez más pequeñas, inmediatamente lo entendemos como puntos en el infinito, que forman el punto de fuga.
Esta otra regla de composición también genera profundidad y también dirige la mirada hacia el punto de interés, en este caso el punto de fuga. Utilizando este recurso también harás fotografías atractivas y equilibradas. Con la práctica podrás decidir qué estilo de composición es el que mejor queda en diferentes situaciones.
Es claro hacia dónde se dirige la mirada en esta foto.
Si quisieras también dominar esta ley, aquí te dejamos algunas recomendaciones:
Aquí el punto de fuga sigue una línea curva.
En esta foto aplicaron el punto de fuga y proporción áurea al mismo tiempo.
La simetría no es enemiga de la foto. Hay algunas composiciones en las que colocar un elemento central resulta muy atractivo a la vista. Elementos como reflejos, líneas paralelas o escenas simétricas con un pequeño elemento que rompe la simetría es como un regalito visual. Algunas veces en la escena a fotografiar el elemento se encuentra en el centro, y esto no es algo malo.
Las decisiones de composición dependen en gran parte del entorno en el que tomarás la foto, pero el último clic es tuyo.
La simetría en la naturaleza resulta particularmente atractiva al ojo.
Las escenas simétricas naturales se sienten como hallazgos.
Alguien que domina el tema de la simetría como nadie es el cineasta Wes Anderson, al grado que la ha convertido en su firma.
Still de “Darjeeling Limited”, de Wes Anderson
Still de “Moonrise Kingdom”, de Wes Anderson
Still de “The Royal Tenenbaums”, de Wes Anderson
Suena trillado decirlo, pero las reglas (una vez que las conoces) están para romperse y ser creativo a partir de ellas. El mayor potencial de lo aprendido se saca cuando primero lo aplicas al pie de la letra y poco a poco haces pruebas para desafiar los conocimientos y lograr diferentes resultados, cada vez más ambiciosos. ¡Confía en tu visión creativa!
Ahora que ya eres experto en el tema de la regla de los tercios, experimenta añadiendo filtros y efectos con nuestro editor de fotos.
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